Es un aparato de bajo peso (2kg) manejable y resistente. Al encenderlo mediante un botón ON nos indica primero que pidamos ayuda, segundo que conectemos los parches que debe traer preconectados al equipo en el pecho desnudo del paciente y entonces el equipo valora el ritmo del corazón del paciente. Si lo considera necesario indicará que apretemos un botón SHOCK aplicando una descarga eléctrica que se realiza cuando el corazón no es capaz de bombear sangre y entra en un ritmo caótico, una fibrilación ventricular.
El 85 % de las Muertes Súbitas cardíacas se inician con una fibrilación ventricular. Si actuamos precozmente realizando las maniobras de soporte vital básico y realizamos una desfibrilación temprana tenemos grandes posibilidades de ÉXITO.
Los avances tecnológicos han permitido desarrollar desfibriladores externos con un funcionamiento automatizado que, con un mínimo aprendizaje, incluso por personal no sanitario, permiten acortar el tiempo hasta la desfibrilación y evitar la ruptura de la cadena de supervivencia. Estos dispositivos disponen de un sistema de análisis del ritmo que es capaz de identificar las arritmias dónde se recomienda la desfibrilación e informar cuándo es necesario administrar una descarga eléctrica con la finalidad de restablecer el ritmo cardíaco, todo ello con altos niveles de seguridad y eficacia, lo que ha facilitado su difusión e implantación en muchos lugares públicos.
Todos los conocimientos y técnicas necesarias para realizar estas acciones están bien establecidos por las Sociedades Científicas internacionales, concretamente en Europa por el European Resuscitation Council, en EEUU por la AHA, y en España por la SEMICYUC y otras Sociedades constituyendo estas recomendaciones la base de los Cursos de Soporte Vital Básico y Desfibrilación Automática (SVB y DEA).